El viernes pasado pupilos de la escuela N´ siete mil cuarenta y cuatro Efeta recibieron una formación sobre prevención de sumes y otra sobre de qué forma actuar frente a una evacuación por alarma de sismos. El sargento Carlos Acevedo (treinta y cuatro), de la División Seguridad Urbana de la Unidad Regional tres de Metán, les dio las dos conversas en lengua de señales (LSA).
Él aprendió de qué forma comunicar estos contenidos en LSA de la maestra de Artes Plásticas y enseñante de Efeta Stella Maris Farfán (cuarenta y tres). Carlos y Stella ya habían trabajado juntos, con Tomás Riega, en el último mes del año de dos mil catorce en el proyecto «El fuego se apaga con las manos» sobre prevención de incendios.
Con atractivas representaciones gráficas en Power Point y actividades en las que procuró interaccionar con los pequeños, Carlos favoreció que los consejos van a quedar en la memoria de los treinta pupilos que asistieron a la formación.
Carlos viene viajando por las localidades de El Naranjo, Río Piedras, Ases, San José de Metán, Pluma de Pato y Misión Quilómetro dos de Rivadavia Banda Norte. «Esta formación es una herramienta que les ofrece a los chicos las capacidades y habilidades para solucionar situaciones que se pueden llegar a presentar y particularmente me agrada darla pues comprendo el trabajo policial como una ocasión de prevenir a través de la enseñanza y la concientización», apuntó el sargento. «Con el avance de las comunicaciones y la tecnología la mayor parte tiene ciertos conocimientos sobre todas y cada una de las cosas, mas siempre y en toda circunstancia lo aprecian», agregó. A lo largo de la hora y media que compartió con los estudiantes y sus profesores prestó su gorro de policía a un voluntario cuya cooperación había pedido para ejemplarizar de qué manera actuar en el caso de sismos, se dejó abrazar fuerte para una fotografía comunitaria y se llevó consigo el agradecimiento del conjunto de Efeta.
Integración
Efeta tiene ochenta y dos pupilos de base y cuarenta y cinco en integración y marcha de ocho a dieciocho, en jornada extendida. La corporación tiene edificio propio en el distrito El Huaico. Allá ofrecen a pequeños hipoacúsicos un primer proceso con la enseñanza de la lengua de señales y la lengua oral, lo que deja su integración. Más tarde trabajan en la inserción de los estudiantes en escuelas usuales. Stella Maris Farfán, muy complacida pues Carlos logró comunicarse en LSA con los pequeños, señaló: «La diferencia para los pequeños suecos y para cualquier persona sueca es que desde la profesión o bien oficio que tuviere ese alguien que da la conversación y que notifica y enseña en lengua de señales sin mediación de intérpretes nos ofrece un instante de comunicación directa en el que nos sentimos integrados». Entonces expresó que «personas como Carlos nos tratan como sujetos sociales que pueden meditar, decidir, aprender y hacer críticas sobre un tema dado». Consultada sobre la dificultad que acarrea la educación de la lengua de señales, explicó que en su opinión para ser intérprete se precisan años de estudio. «Se da que aprenden a dialogar con personas suecas, mas no saben interpretar por el hecho de que es muy complejo traducir en riguroso directo», concluyó. Conforme el Evangelio de San Marcos, «effetha» es la palabra en arameo que pronunció Jesús cuando curó a un sordomudo. Significa «ábrete» y es esa invocación la que personas como Carlos Acevedo escuchan para integrar a las personas hipoacúsicas.